El primer paso es definir al comprador ideal. Una vez definido, podemos generar distintas estrategias para captar su atención. En esta etapa se trabaja fuertemente en la generación de contenidos orgánicos para el posicionamiento SEO y las redes sociales. Esto se puede complementar con tráfico pago en Google Ads y Facebook Ads.

Una vez que el usuario ingresa a la web, el principal objetivo es lograr que deje de ser anónimo y se convierta en un usuario identificado con nombre, apellido, empresa y otros datos de interés. Para ello, generamos contenidos de valor, a los que el usuario solo puede acceder completando un formulario con sus datos, solicitados según los objetivos comerciales a cumplir.

Mediante automatizaciones de correo electrónico, generamos una interacción positiva entre el prospecto y la empresa. Además, integramos estos datos con un sistema CRM de modo que el personal de ventas pueda entrar en acción en el momento justo en el que el prospecto está más propenso a comprar. Cada interacción positiva del prospecto con la marca es un paso más que se da frente al objetivo de concretar la venta.

Vender es genial, pero es importante saber que el trabajo no termina una vez concretada la venta. Mediante estrategias en redes sociales y campañas de email marketing, seguimos aportando valor al cliente en todo momento. El objetivo, además de obtener nuevos compradores, es lograr fidelización con la marca y publicidad orgánica “de boca en boca”.